Otro político justiciero ¿o sólo un senador politiquero?

¡Qué plasta de senador! Más parece un cenador de oportunidades, oportunidad de salir en la tele, de tener pantalla, de aparecer defendiendo al más débil ¡¡¡¡al más débil!!!! ¡Qué héroe más repulsivo! Muy parecido a otros muchos –de distintos colores políticos- que se han lucido junto a todo tipo de plastas escolares a quienes en cuanto les ponen un límite a sus tropelías sacan a relucir discursos aprendidos de derechos atropellados.

¿Y cuándo cualquiera de estos políticos demagogos y populistas se han puesto a pensar en la monstruosa sociedad que están creando? Encontré que era una excelente acción la performance de María Música arrojándole un jarro de agua a la ministra. Me sigue pareciendo fantástico que alguna autoridad de gobierno reciba una cucharada de su propio chocolate. Ese es el producto que nos están obligando a lanzar al mercado: jóvenes que se sienten intocables, con derecho a cometer todo tipo de tropelías e incapaces de aceptar una mínima parte de responsabilidad en su actuar aunque hayan roto sillas en la cabeza de otros o los hayan agredido de cualquier forma. ¡Y eso que mi liceo es un mar de calma comparado con otros!

La Secretaría Ministerial de Educación de mi región dijo que nos aprobaba el Reglamento de Convivencia Escolar siempre y cuando se eliminara la suspensión de clases, la cancelación de matrícula en forma inmediata, la suspensión de la Licenciatura y la postergación de la práctica. Entonces un chico sabe que puede hacer lo que quiera y al día siguiente aparece sentado en su puesto jactándose de sus acciones y de lo impune que queda y mañana se licencia junto a un montón de compañeros honrados uno que es delincuente avezado. El problema es que cada vez el número de los honrados, honestos, empeñosos y trabajadores es menor. El alumno que es bueno se aburre y se va a otro colegio hastiado de tratar con tanto lumpen y el que es más o menos se exige menos y se da más libertades porque el mensaje que la escuela y la sociedad le envía es que la maldad no tiene sanción.

Ahora una chiquilla rasga vestiduras y lloriquea porque le dijeron que era subvencionada. ¡Vaya mentira más grande! Y no sólo es mantenida por el Estado, además ha sido criada sin ningún tipo de valores, sin capacidad para respetar ni para dimensionar lo que sus profesores se esfuerzan por entregarle. Sólo alguien con muy malos sentimientos planifica sacar de quicio a una persona para grabar lo que dice y después ponerlo en evidencia. ¿Y qué sería entonces el senador que se transforma en su caballero andante? ¿Y qué será del país cuando esta generación de flojos e inútiles tenga que tomar las riendas?